Tres semanas
El problema de tratar de ganarle al pensamiento tiene una gran similitud a tratar de jugar solo una partida de ajedrez con ambos bandos. El empapelado sale volando como un pterodáctilo. No tiene las fotos de las fieras circenses de Ray Bradbury y el señor Mortajosario , pero no deja de tener su encanto. Tres semanas de pintura quedan atrás. En mi caso, Wilson es un tacho de pintura blanca, con nombre de una película que siempre quise ver. Aunque quizás es mejor nunca verla, y tan sólo sentirse un Bogart . La soledad* me acompaño en el constante ir y venir de mis pensamientos. Tal es así, que uno de los primeros días y luego de arduas peleas, creé un círculo que me proteja. Y dentro de él, comprendí que me protegía de mi mismo, y a la vez me exigía luchar. Logré destruir varios pensamientos, y vi, que como en una gorgona nacían nuevos sin cesar. Así me encontré con mi ego , y con la fácil aceptación de que uno es inteligente. Pero uno cree ser inteligente, porque con el...