Ocho morochos
Ocho morochos abandonaron volando el taparrollos luego de unos golpecitos en el mismo. Desde la ventana de la cocina, una aterrada señorita observaba las espectaculares e indefinidas manchas negras escapando como sombras de la parte superior de la ventana.
No hace falta aclarar que toda abertura por pequeña que fuera fue clausurada en el pánico de la situación nocturna, mientras la condensación del vapor en la ventana desaparecía lentamente.
No hace falta aclarar que toda abertura por pequeña que fuera fue clausurada en el pánico de la situación nocturna, mientras la condensación del vapor en la ventana desaparecía lentamente.
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